domingo, 24 de agosto de 2008

Y decir alguna estupidez... como que te quiero


Buenos días:

Llevo varios días con arena en los bolsillos. Te escribo cuando pesan algo menos. Me he debatido entre soñar contigo mientras duermo o hacerlo despierta. Ambas opciones han topado con las frustración de la inexistencia de tu piel. He decidido ser valiente y creo que mi valentía no va a llegar mucho más lejos que a no morderme las uñas, no comer chocolate, no leer tus cartas y no ver ningún capítulo de Dawson Crece -porque, reconozcámoslo, ¡soy una adolescente!-. Por el contrario, y adoptando una buena terapia autodestructiva: he leído todos tus mensajes, he mirado las noticias de deportes, he rastreado en las tiendas qué camiseta podría sentarte genial imaginándote con ella...
Y tengo mono de tu piel, no por el exceso de su tacto sino por la calidez de los momentos en los que se sumergía en mí. "Cursi, qué eres una cursi", me repito. Así que te imagino, con tus ojos plúmbeos y de otoño mirándome sin sonreir mientras me llevas hacia tu boca. Diría Cortázar que tu lengua se convierte en pez mientras nada más allá de mis labios. Mi boca sin verbo ante tus ojos. Mi cuerpo se hace pequeño asido por tus manos fuertes, tu piel fuerte, tus muslos fuertes, tu semblante fuerte... sólo tu olor se me antoja dulce y no tengo miedo. Y sin miedo, soy tuya. Imagino cómo me has hecho tuya tantas veces y no puedo evitar recordar una frase de Congreso en Estocolmo, de José Luis Sampedro: "Y es que el amor bien hecho siempre es el descubrimiento del amor". Y yo he debido descubrir América entera contigo...
Y no me gusta cuando callas, ni cuando estás ausente. Me gusta cuando me haces callar y el tiempo pasa suave. Y no me gusta que me mandes poner las zapatillas en casa, pero me cautivas cuando me preparas verduras al horno. Y no me gusta cuando no quieres dormir conmigo, pero no puedo evitar sonreir al ver que has doblado religiosamente mi pijamita y lo has guardado en un cajón... Y, no paro de decir estupideces así que permíteme decir una más ("porque total")... una de esas como que te quiero.
Buenos días. Te escribo por leerme y oirme hablar de ti.

Besos

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me sorprende pensar que todos formamos parte, una pizca tan solo, de este relato...alguna de nuestras múltiples y escondidas formas humanas (o no) que mostramos tímidamente y a escondidas.

Anónimo dijo...

Nadie hace magia de las palabras como lo haces tú… Sé que te gustan las palabras, pero con mi "0 en palabras" intento decirte a diario lo que te quiero…

Y sí! sí eres Valiente…. ("…ser valiente no es sólo cuestión de verte…")

Mil besossssssss

ESE dijo...

Eres tan maga de la palabra y del sentimiento que poco se puede añadir. Formar parte de tu imaginario humano y querido es todo un privilegio. Besos de quererte.

Unknown dijo...

es que el amor llega (y se va) asi de esta manera.....
uno no se da ni cuenta (hasta que no está)......

pero no olvides que las palabras se juntan de las maneras más hermosas cuando pasan estas cosas, asi que cuidado que puedes, sin querer, enamorar a mas gente y........

en fin besotes y gracias por las arenas que dejaste en tu visita a mi desierto....

Anónimo dijo...

Una gran historia de amor siempre deja arena en los bolsillos, y la tuya es una HISTORIA con mayúsculas.
Tú ya demostraste ser valiente para descubrir ese amor, por lo que solo queda un pequeño esfuerzo para que la arena no te impida seguir caminando...

TQ siempre

NityaYang dijo...

Gracias a los anónimos y a las personas con rostro. Se me escapan las palabras, se me van al aire... así que sólo diré "gracias". No sé si estoy hecha para correr pero sí para volar.
BESOS MIL!

María José Ballesteros dijo...

Qué joya de blog! Cuanta belleza!
es imposible leerlo todos los días sin enamorarse de las palabras...
Mil gracias de nuevo.