martes, 28 de octubre de 2008

La vaca estudiosa

No sé por qué me acordé el otro día de esta canción. Puede que porque estaba malita -he estado unos días desaparecida por esto- y siempre siempre, cuando he estado malita, me han puesto de pequeña mi Cuenta Cuentos. Me sé esas cintas de memoria. Me acuerdo de Gobolino, el gato embrujado (que soñaba con ser un gato faldero), de Más sabia que el Zar, de Palitroque y la abuela Sarmiento... En realidad, no sólo los recuerdo sino que forman parte de mis recursos a la hora de explicar algo que asumo como importante para mí. ¿Qué tendrán los cuentos que me llenan tanto? Supongo que lo máximo con lo mínimo. Palabras sencillas y una moraleja clara: da igual quién seas, de dónde vengas y qué piensen los demás de ti; siempre, siempre si quieres algo "puedes".
Esta entrada va para los valientes, los opositores, para los que suman balances y suspiran con guiones, para los que andan con zapatillas rojas porque quieren ser como Dorozy, para los que viajan a Nueva York para encontrar un amor que estuvo siempre a la puerta de casa, para los que pulsan Play esperando un verso dedicado, para los que llevan traje pero lloran como bebés, para los que desafían al mal tiempo con buena cara (cómo te fastidia, don tiempo, eh?), para los que dicen al dolor "ven que aquí estoy yo, más te vale hacerte amigo mío, monín", para los emprendedores que llevan una púa en el bolsillo, para los que roban besos, suspiran versos... Para todos y para ti.

Había una vez una vaca
en la Quebrada de Humahuaca.
Como era muy vieja, muy vieja,
estaba sorda de una oreja.
Y a pesar de que ya era abuela
un día quiso ir a la escuela.
Se puso unos zapatos rojos,
guantes de tul y un par de anteojos.
La vio la maestra asustada y dijo: "Estás equivocada".
Y la vaca le respondió:"¿Por qué no puedo estudiar yo?"
La vaca, vestida de blanco,
se acomodó en el primer banco.
Los chicos tirábamos tizas y nos moríamos de risa.
La gente se fue muy curiosaa ver a la vaca estudiosa.
La gente llegaba en camiones, en bicicletas y en aviones.
Y como el bochinche aumentabaen la escuela nadie estudiaba.
La vaca, de pie en un rincón,rumiaba sola la lección.
Un día toditos los chicos se convirtieron en borricos
y en ese lugar de Humahuaca la única sabia fue la vaca.


Canción de Elena Walsh
© Ilustración de Pablo Bernasconi

10 comentarios:

Isabel Tejada Balsas dijo...

¿Qué tendrán los cuentos que me llenan tanto? Supongo que lo máximo con lo mínimo.

;)

Liet-Kynes dijo...

Saludos y... mola el cuento XD :P

Gacela dijo...

Hace poco, en casa de unos amigos que tienen una ninya pequenya, pusieron un mp3 de antiguos cuentos... y reconocí la voz del narrador de los cuentos de mi infancia, que yo escuchaba en cintas. Fue un flash, reconocer la voz después de tantos anyos, en la gallina Marcelina, jeje... :-)

Isabel Tejada Balsas dijo...

jo, k envidia, me encanta vetusta morla y esa canción en particular

pero bueno, yo no iba por ahí, hablaba en general de la superficialidad y de más cosas del mundo de hoy en día :/

un besito .*

Pugliesino dijo...

Rebienvenidaaa :)
Es una entrada bellísima,y es que un cuento,si un libro ya de por sí tiene magia,un cuento es además entrañable!
Un abrazo enorme amiga mia,que me alegro que estés ya mejor!!

Anónimo dijo...

Los cuentos son como tus relatos... guiños entre la realidad y la ficción. Pero no te fíes de los cuentos, no siempre se consigue lo que se propone. Ya lo dijo alguien como tú en su blog de papel, " y los sueños, sueños son" y lo bonito es que así sea.
Por cierto, acepto y agradezco con orgullo tu guiño.

Anónimo dijo...

Algunos "valientes" aún necesitan escuchar de vez en cuando tus cuentos para poder superar sus miedos, pero sobre todo necesitan tus abrazos... GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE AHÍ!!!

Guido dijo...

Que cuento (y prólogo) más bonito,y más cierto, lo mejor de los cuentos es que observan la complejidad de la vida con la mirada simple de un niño, que es como siempre deberiamos mirar. Por eso me encantan los jerseys a rayas y los pantalones cortos y sobre todo por eso me encanta tu blog porque olvido al opositor, al abogado o al banquero y sacas de mí al niño que juega, que descubre, que ríe o que llora.

NityaYang dijo...

Qué bonitos comentarios, mil gracias! Está claro que hay Principitos en todas partes, en cualquier planeta, con o sin rosa!

Besos mil

Unknown dijo...

😀😀😀😀😀